jueves, 29 de octubre de 2009

Peñon de Ifach

6-09-2009

El “Peñón de Ifach” en Calpe, símbolo de la Costa Blanca, se alza en el mar como roca calcárea de unos 50.000 m2 a 332 m. de altura y un kilómetro de longitud. Unido a tierra por un estrecho istmo, es producto de un deslizamiento de la cercana “Sierra de Oltà” constituyendo uno de los accidentes geográficos de mayor singularidad y belleza no sólo de la Comunidad Valenciana sino de todo el litoral mediterráneo.


A ambos lados de Ifach se abren playas de fina arena y aguas transparentes: la de “Levante” o “La Fossa” hacia el Norte, las de “Cantal Roig” y “Arenal-Bol” hacia el Sur que, con el “Morro de Toix”, da forma a la bahía de Calpe.

Después de dejar el vehículo en el aparcamiento, estamos dispuestos a comenzer con nuestras propias aventuras, comenzamos por este peñón, que no es una ruta muy dura, pero tenemos que empezar por algo sencillo, así que comenzamos nuestro ascenso por el sendero que llega hasta el mirador de levante.

En este tramo litoral, los romanos crearon una colonia dedicada a la elaboración y comercio de salazones y pescado. Siglos después, los árabes transformarían el lugar en un espacio placentero para tomar baños de agua salada mediante la construcción de un complejo sistema de piscinas artificiales. El Peñón pertenece a una formación rocosa que unía, la Península ibérica con las Baleares durante el remoto tiempo del Mioceno. Posteriormente quedó separado por el relleno natural de las aguas del Mediterráneo.


Nosotros seguimos nuestro ascenso entre vegetación y montaña antes de cruzar el túnel, una paradita para contemplar las primeras panorámicas. Empleamos una hora en subir por la senda marcada hasta la cota más alta, observando las diferentes especies vegetales que pueblan las ocas (más de 300 variedades) y las evoluciones en el aire de las numerosas golondrinas que anidan en sus recovecos. La subida no ofrece especial dificultad y, en cualquier caso, la belleza de las vistas compensa el cansancio.

Subimos con trabajo pero recordando nuestro anterior viaje se nos pasa el tiempo rápido, solo nuestras risas se oyen en lo alto de aquella montaña, y nuestro grito de ¡FALTA MUCHO! ¡ME ABURRO!

Entre sudor, cansancio, piedras, llegamos a la cima, nuestra primera cima. Por fin!!

No es más quién más alto llega, sino aquel que influenciado por la belleza que le envuelve, más intensamente siente.
(Maurice Herzog)

No hay comentarios:

Publicar un comentario