Domingo 2-01-2011
Sierra de la Utrera.
Este bonito entorno está ubicado en Casares, y es uno de los complejos medioambientales más interesantes de la comarca, un museo vivo que debería integrarse en los proyectos curriculares de los colegios.
El sendero parte de la carretera A-377, que une los términos de Manilva y Gaucín, por el carril llamado Los Llanos, a los pies de la Sierra de la Utrera.
Justo en el término municipal de Casares, constituye uno de los espacios naturales más atractivos y menos conocidos de la provincia de Málaga. Encierra un patrimonio paleontológico singular que abarca desde el Jurásico hasta el Plioceno, con interesantes fósiles como los ammonites, cefalópodos extinguidos hace 65 millones de años.
El Canuto de la Utrera, desfiladero que divide a la sierra en dos zonas, concentra una gran diversidad patrimonial, geomorfológica y arqueológica.
Comienza por un carril que nos va adentrándonos en el canuto, que nos lleva a la zona ancha del embudo que forman las paredes que llevamos a ambos lados, es un autentico barrizal por las ultimas lluvias, el paso comienza a estrecharse a cada paso que vamos dando, de ahí el nombre de “canuto”.
Más adelante nos encontramos unas plataformas de cemento que a modo de lo que podrían parecer dos grandes albercas, no son más que los restos de un antiguo proyecto años 70, para montar unas plataformas petrolíferas que finalmente no prosiguieron porque tras varias excavaciones sólo encontraron bolsas de gas.
El punto más destacado lo constituye la Cueva de Gran Duque ocupada por comunidades neolíticas, seguida de la Figura, las Asas y del Cántaro, recientemente investigadas.
También se constatan restos desde finales del Bronce hasta la Edad del Hierro, aunque son yacimientos poco estudiados pese a que el estudio del impacto medioambiental y patrimonial, originado por la construcción de la autopista, ocasionó un elevado número de descubrimientos.
Los conocidos como Baños de la Hedionda constituyen uno de los hitos históricos del macizo de la Utrera y en general de toda Casares. Su peculiaridad como Baños Sulfurosos y lo dilatado de su aprovechamiento por el hombre desde tiempos históricos han venido a enriquecer su papel no sólo como realidad histórica y científica, sino como elemento cultural de primer orden, que ha debido influir en el acerbo cultural del pueblo desde muy antiguo, y que goza además de una situación geográfica idónea en el marco de un territorio particularmente rico en actividades humanas desde la antigüedad.
Los baños se sitúan en el margen derecho del arroyo Albarrá, a los pies de la Sierra de la Utrera, y muy cerca del límite con el término municipal de Manilva.
En la actualidad las aguas de los Baños siguen siendo de uso público, y bastante generalizado, aunque el estado de las instalaciones está bastante deteriorado debido a los frecuentes actos vandálicos cometidos por desaprensivos.
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