Domingo
18 de Mayo de 2014
Ruta desde las Cortinas de agua caños de Meca hasta Barbate por los acantilados
Desde la playa podemos ver el faro de Trafalgar.
Los Chorros o Cortinas es una cascada de agua dulce que cae directamente de los
acantilados del Parque Natural las Breñas.
Las cortinas o chorros en invierno son abundantes y espectaculares mientras que
en verano es mucho más escasa pero no menos espectacular.
La ruta comienza en la Playa de Los Castillejos y hay que tomar dirección Los
acantilados de Barbate.
La playa no es muy extensa pero de una belleza y
ambiente únicos.
Tras de mí la cortina de agua dulce, una pena que en la fotografía no se aprecie este espectáculo tan bello que nos ofrece la naturaleza.
Conforme avanzamos hacia los acantilados la playa se va estrechando hasta que
de pronto la arena termina y comienza el tramo rocoso, que tendremos que ir
atravesando entre las grandes rocas o si es marea baja por la orilla.
La vista se hace insuficiente ante tanto aliciente natural: a un lado el mar
azul que choca con las piedras y al otro el imponente precipicio.
Bajo la cortina de agua.
Al llegar a las cortinas vemos que nos ha tocado la época de sequia, pues lleva
poco caudal como para no apreciarse en las fotos, pero allí es totalmente
espectacular, ponerse debajo de esa cascada y sentir el agua fría caer sobre tu
cuerpo.
Mas adelante podemos ver dos cuevas formadas por el choque del oleaje en el
acantilado.
Tenemos que volver pues la marea esta casi arriba y podríamos quedar atrapados.
De regreso a la playa de Los Castillejos ahora subiremos por el pinar de Las
breñas dirección Los acantilados de Barbate.
Dejamos la playa llevándonos el sabor de este maravilloso espectáculo natural.
Tras la subida desde la playa, nos tomamos un descanso para comer algo y reponer energía para lo que nos queda.
Pasado el pinar comienza lo complicado, nos acercamos al precipicio podemos
comprobar su altura, hay tramos que alcanzan los 100 metros de altura, y
hacemos la ruta por ahí, es espectacular y también muy peligroso.
Impresiona ver como el viento y el mar ha creado esta
maravilla.
Llegamos a la Torre del Tajo.
Buscamos por donde poder bajar el acantilado, y lo encontramos, bajamos hasta
el punto de no poderlo hacer mas y tener el agua a solo unos metros.
Peligroso sí, pero es donde verdaderamente se puede apreciar lo imponente que
es.
Desde esta distancia tan cerca del mar, podemos escuchar como el mar rompe bajo
nuestros pies, y podemos ir observando la cantidad de cuevas que las olas están
formando en esta pared rocosa.
Pasamos por tramos por los que pisamos en hueco, un poco más adelante miramos atrás
y vemos que hemos pasado por encima de las cuevas.
La senda va bordeando el acantilado, subiendo y bajando tanto como nos lo permite
el acantilado.
Las algas acompañan a las olas en su vaivén.
De fondo podemos ver la playa de la yerbabuna que nos va avisando que nuestra a
ventura está a punto de concluir.
Llegamos a la playa, ahora un baño, descansar un poco y
disfrutar de un momento de tranquilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario