21 - Mayo - 2011
Un fin de semana diferente.
Nuestro destino:
Bélgica.
Desde Barajas (Madrid) directos a Charleroi (Bruselas) y desde allí hacia Brujas, al hotel Albert I.
Brujas es una de las ciudades medievales mejor conservadas. Está situada al noroeste de Bélgica, a unos 90 kilómetros de la capital, Bruselas.
Su nombre proviene del noruego antiguo "Bryggia" (puentes, muelles, atracaderos), sus calles y la forma de sus casas dan al lugar un encanto único, mágico, como si estuvieses en un cuento.
Es un lugar para perderse, recorrer sus callejuelas, sus callejones, su centro histórico, sus canales…
Poder pasear por la Plaza Mayor (el Markt), en pleno centro neurálgico, donde se celebra un mercado todos los sábados. Poder contemplar la torre Belfort, que es la más característica, con sus 83 metros, subir sus 365 escalones para admirar las mejores vistas de Brujas.
Pasear hasta la Plaza Burg, la más bella, donde sobresale el Stadhuis, o la fachada de finales del siglo XIV de su ayuntamiento.
La iglesia de Nuestra Señora, con su torre de 122 metros, es la más alta de toda Bélgica.
La vida comienza temprano, un bullicio de gente recorriendo sus calles, miles de turistas de un lado a otro, adentrarnos en lo más profundo para saborear su chocolate, sus cervezas…
Y hablando de cerveza, merece la pena hacer una visita a la destilería De Halve Maan, donde pudimos contemplar de primera mano la fabricación de la auténtica cerveza belga y degustar unas jarras de Straffe Hendrik, junto a una ración de quesos y salami belgas acompañados de mostaza para realzar el sabor.
La actividad termina temprano, a las seis de la tarde se hace el silencio, la tranquilidad y la paz. Es hora de recorrer a rumbo perdido todas sus calles, disfrutando de esta magnífica ciudad.
Es como pasear por un cuento donde por cada rincón hace que todo se vuelva mágico, nada mejor que perderte por sus calles adentrándote en cualquiera de sus muchas tabernas para degustar su cerveza y comidas típicas.
Nosotros hicimos una parada en De Stopea, donde la amable chica no dudó en sentarse en nuestra mesa para explicarnos todos los platos típicos y con qué cerveza se debían tomar.
No podíamos irnos de Brujas sin ver sus famosos molinos de viento, que se encuentran a las afuera de la ciudad, pasando la antigua puerta de entrada.
La iglesia de Nuestra Señora donde se expone La Madonna de Miguel Angel.
Temprano cogemos el tren en dirección a
Bruselas.
Más Fotos Aquí.
Es un recorrido que dura algo más de una hora, pero al fin en el corazón de Bélgica, con más de un millón de habitantes, de todas las nacionalidades, no podemos considerarnos turistas, pues se hablan oficialmente el Francés, Neerlandés como oficiales y el Flamenco, Alemán en la parte baja y norte del país.
Podemos ir contemplando como la red ferroviaria de este país es la más densa del mundo.
En sus calles reina una atmósfera acogedora que da a sus barrios un aire de pueblo grande.
A esta ciudad, se la conoce sobre todo por su sorprendente Grand-Place, el Atomium, el Manneken-Pis, sus cervezas y sus deliciosos bombones.
La ciudad está dividida en cuatro entornos, por un lado está la denominada ciudad Baja que abarca desde la imponente Plaza Mayor hasta el minúsculo Manneken Pis, y lugar cuyos edificios datan de finales del siglo XIX y principios del XX.
Por otro lado, la zona del Atomium como monumento dominador, además del Bruparck y el estadio de Heizel que da nombre a este segmento.
En tercer lugar se encontraría el Barrio Real con los parlamentos nacional y flamenco, el Palacio Real o los museos de Bellas Artes y Moderno como elementos más significativos.
Por último, el barrio europeo que alberga los edificios administrativos de la Unión Europea.
Berlaymont, Sede de la Comisión Europea.
La
Plaza Mayor de Bruselas, centro neurálgico de la ciudad baja y de la capital Alberga estilos como el gótico, el barroco o el renacentista, y sus edificios otorgan a su vez una belleza al conjunto que la hace única.
Destrozada en 1695, sólo se salvó el Ayuntamiento (que data de 1455), mientras que el resto fue reconstruido como réplica exacta de los edificios de la época. Los resultados a la vista están, con una aguja de 96 metros de altura instalada en la sala municipal, dominando el contorno.
Unos metros detrás del consistorio, en la calle Stoofsraat se encuentra el famoso: El Manneken Pis, una estatuilla de 1691 y que cuenta con su propio vestuario, que consta de 250 prendas, refugiado en el Museo de Bellas Artes de la ciudad.
Justo al otro lado de la Plaza Mayor, otro elemento que otorga personalidad al contorno, y también historia, es la Galería Saint Hubert, la calle comercial (cubierta) más antigua de Europa. Data de 1846.
En la zona llamada barrio Real se encuentra la catedral, inmensa, erigida bajo el nombre de Santa Gúdula y San Miguel. Construida entre los siglos XIII y XV, el título de catedral lo ostenta desde 1961, ya que antes ostentaba el título de Colegiata.
Catedral de San Miguel y Santa Gúdula.
Iglesia gótica de doble torre (completa) son las vidrieras, junto a las medidas del lugar, las que otorgan importancia a este centro religioso.
El Atomium
Con sus 9 átomos aumentados nada menos que 150 billones de veces, sus 102 metros de altura y sus 2.400 toneladas de peso.
Construido con motivo de la Exposición Universal de 1958, fueron necesarios 15.000 trabajadores durante tres años para finalizar el monumento.
Se encuentra a las afueras de la ciudad, en el barrio de Heizel, dentro del Bruparck, y junto al estadio de fútbol y al parque Mini-Europe, que alberga representaciones en miniatura, de los símbolos más característicos del continente.
La entrada al Atomium no es barata pero siempre merece la pena adentrarse en este monumento, subir (en ascensor) hasta el átomo más elevado y disfrutar de unas magníficas vistas de la ciudad.
La comodidad es total ya que el descenso se efectúa mediante escaleras mecánicas y, a menudo, algunos de los átomos se convierten en salas de exposición.
Waterloo, próxima a Bruselas, en cuyos campos se libró la famosa batalla el 18 de junio de 1815. Se enfrentaron 188.000 soldados franceses, ingleses, prusianos, holandeses y belgas, y supuso el final del Imperio Napoleónico. En el pueblo existe un museo dedicado al héroe vencedor: Wellington.
25-Mayo-2011
Hoy toca visitar el Museo de Hergé, padre del famoso Tintín.
Está situado a 30 kilómetros de Bruselas, en la ciudad de Louvain-la-Neuve.
Es para los amantes del cómic una cita ineludible que recoge la vida del creador de Tintín, dividido en 8 salas, cuenta su historia desde sus comienzos.
Terminado el recorrido por el museo nos dirigimos de nuevo a la estación para irnos a Gante.
Gante
Es una pintoresca ciudad medieval que se encuentra en la confluencia de dos ríos el Leie y el Scheldt.
Está flanqueada por tres torres, símbolo de la ciudad: la Catedral de San Bavón, Belfort (torre) y la iglesia de San Nicolás. En la catedral se encuentra un tesoro de la pintura flamenca, "La adoración del cordero místico" de Jan Van Eyck.
Catedral de San Bavón y la Torre Municipal
Castillo de los Condes de Flandes.
Otro lugar que merece la pena visitar es el barrio de Patershol: un conglomerado de casitas construidas en torno a un pozo de agua potable.
De regreso....
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Pedazo de viaje que te has metido Carlos!!!
ResponderEliminarUna ciudad preciosa sin dudas.
Un besote.
¡Qué vida te pegas! ¿Pilar no quiere salir en las fotos?
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